Sacaron una caja de
su cadera
La caja era de gastada madera
Abrieron la pequeña
cajita
Que por fuera tenía
una dinamita
Dentro unas hormigas había
Pero no eran normales
Eran hijas del día
Eran asesinas, eran
mordedoras
Las dejaron encima de
mi cuerpo
Y estas su trabajo empezaron
Rompieron el primer
cascarón
Y en un momento a la
carne llegaron
No dejaron nada de mi
Ni los músculos, solo
huesos
Un saco de huesos que
el viento se llevó
En los que no nunca
tuvieron vida
Escribo esto desde el
más allá
Para alertar a la
humanidad
Recordando aquel
dolor mortal
Que es mi recurrente Pesadilla
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