Me tumbaron en la
arena
De un desierto
cualquiera
Ataron fuertes mis
muñecas
Con una cuerda medio raída
En la arena no había
vida
De la gran
temperatura que tenía
Que al tocar mi
espalda desnuda
La empezó a dejar en
carne viva
Notaba como me ardía
En el sol de mediodía
El mundo una sorpresa me tenía
Y tenía por seguro
que me dolería
Me clavaron en las
manos
Dos gigantes y
metalizados clavos
Primero la derecha
perforaron
Luego con la
izquierda continuaron
Luego tan solo se
evaporaron
Allí solo me dejaron
A la orilla de mi muerte
Pasando por esa
Pesadilla
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