jueves, 30 de mayo de 2013

Querida Alfa

Querida Alfa

Te escribo esta carta con el propósito de que sepas lo que yo he sentido, aún siento y sentiré por ti. Desde el momento en que llegaste a mi vida sabía que no podría olvidarte, me miraste, en mi alma entraste como el frio húmedo del invierno en la costa, como el agua empapando la ropa. Tus primeras palabras fueron hermosas, me enamoraste con esos dulces labios, después con una tímida sonrisa esa perfecto teclado de piano mostraste y, cómo no, empezaste esa melanconiosa melodía tocada por ti con mucha suavidad, casi perfecta, casi divina. Me embrujaste con tus dos perlas de marfil con el centro de ese color misterioso cambiante según el día, cuanto más oscuro es el día, más brillan tus ojos y en la oscuridad, parecen dos inofensivas mariposas de luz. Te quiero desde el momento en que la primera noche cayó desde el invierno hasta la primavera. Eres mi alma, eres mi ser, eres todo mi yo, la primera sonrisa, la última lágrima. Te quiero ahora, lo hice y lo haré.

Te redacto un poema solo para ti:

Ayer soñé otra vez contigo
El mismo sueño, la misma pesadilla
El mismo sueño perfecto
El mismo miedo

Ese sueño repetitivo
Cada noche en mi mente
Apareces del silencio
Y me besas lentamente

Eres mi luz, eres mi sombra
Dos caras de la misma moneda
De la misma moneda del destino
De ese brillante color beso

Es un sueño eterno
Cada noche, desde hace un mes
Duermo para volverte  a ver
Para huir de la pena del dolor

Esa pena que me destroza
Que me tortura por dentro
Entonces llegas y me cantas
Me cantas y me calmas

Es mi sueño, es mi tesoro
Es un dulce momento
Después del duro día
Es mi medicina
                                                                                                                                          
Es el agua de los peces
Una eterna marea
Es la brisa de la montaña
Unas fuertes raíces

Me encanta soñar contigo
Pero tengo miedo
Tengo miedo de perderte
De despertarme y no volver a verte

Puede que no lo comprenda
Pero eres mi mujer perfecta
Puede que no existas
O quizás tú me esperas

Me he enamorado
Me has cautivado
Pero tengo miedo

Tengo miedo de un adiós

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